29.6.07

Se largó


Y no porque se haya ido, sino porque desde que abrí los ojos hoy, la cortina que daba un tono diferente a la mañana, siguió y siguió.
Por fin me puse el gorro seco. Me encanta porque me deja ver la lluvia sin que me pesen las pestañas, cargadas de gotitas de luz.
Me encanta porque deja que mi pelo siga siendo el mismo, y no se adapte a los deseos de las nubes.
Tanto me encanta que viajó conmigo en auto y hasta subió a trabajar.
El ritmo y la intensidad gritaron por horas, que ese iba a ser el paisaje del día, pero me sorprendieron y me regalaron otro distinto, que me encandiló el brillo del pelo, y hasta los árboles de enfrente.
Ojalá vuelva a llover, porque el aroma pinta de un color a viernes, todo el viernes. Y esas ganas de estar metida en la cama mirando al horizonte lejano, me permiten mantenerme acá, deseando llegar allá.

Y volviendo a terminar la tarde, mis letras se hicieron aire y se escucharon, porque el cielo volvió a cambiar de color para combinar las montañas perdidas a lo lejos.
Ganas de fin de semana brotan de las vías del tren y los planes no paran de llenar las horas.
Ganas, planes, pilas. Copado.
Hola finde. Gracias por venir.

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