27.1.09

El por qué de las mandarinas


El clima, las estaciones y las distancias de horas y kilómetros me ofrecieron un nuevo vistazo de las cosas, y qué chido.
A veces siento que me pasan cosas que no puedo creer que me estén pasando, y me parece que lo que las hace especiales, es justamente que yo no lo crea.
Es el privilegio de la sorpresa y el festejo, que no todos tienen; no como yo por lo menos (si, me quiero por eso).
Otras veces me encuentro en una rutina de hace poco, que sé que no durará mucho, pero la disfruto como no podría hacerlo si fuera vieja (la rutina). ¿Eso qué?
Es desafiar a los momentos pedaleando lo más rápido que se puede.
Es desafiar a la levadura, proponiendo recetas distintas a las que existen en los libros.
Es retar a mi pelo a que crezca a pesar de cortarlo en luna menguante.
Es leer un libro mirando la película, y como si fueran gajos.

El agua llena de luz estos días.
Termina enero, y qué loco.