30.6.07

Atte.

A veces me hago preguntas que siento que no debería hacerme. Y no porque esté en contra de las preguntas, todo lo contrario, sino porque creo que deberían a esta altura, ya tener respuesta.
Algunas son preguntas acerca de las ideas que tengo de las cosas, acerca de cómo quiero y prefiero y elijo encarar una historia.
Otras, son acerca de concepciones, de visiones, de perspectivas y de nociones, que de cerca parecen tan claras y que al moverme y tratar de agrupar, la nitidez desaparece y quién sabe donde me encuentro…
Son momentos que no se. Son cosas que tal vez. Son espacios borrosos. Son enunciados que sonaban lindos pero no.
Y como dije mucho esta semana, lo que lo hace más difícil es el corto apoyo y el no apoyo. El saber que a veces me siento en paz y que otras no encuentro una sola almohada en donde descansar mi cabeza.
Triste que así sea, pero así es. Así lo veo días como hoy. Y hay otros en los que no, pero acabo de decidir no olvidarme de estos.
Así que después de tantos versos no puestos, pero si escritos, dejo este, que siempre estuvo en mi memoria, y hoy lo leo en el papel.

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