pero me lo adueño, porque como vos bien dijiste, es lo
que desayuno últimamente; desayunamos.
Rara por momentos. Maravillada por otros.
Sola. Más acompañada que nunca.
Con ganas de salir corriendo. Ganas de quedarme a
vivir.
Son palabras como pocas. Como esas que cumplen la
difícil función de llevar a una hoja en blanco, algo
que hasta cuesta sacar de la garganta.
Sin verme, sin olerme, sin sentirme, sin hasta
escucharme, me ves, me olés, me sentís y me encontrás.
Ahí, nadando en esa mezcla de momentos, en esa suma de
conceptos que sólo se crean si hablamos vos y yo.
Y creéme que lo hacemos, porque tenemos esa ventaja,
ese talento, ese don de comunicarnos con fronteras en
el medio, porque ellas fueron las que nos juntaron.
Y acá estamos, en espacios distintos y en el mismo
lugar. Vos acá y yo allá.
Respuesta. No sé si esto funciona como tal, pero lo
que te digo yo, es que después de esas letras, mi
respuesta fue una sonrisa que se comió la tarde.
No pasa día en que no deje de sorprenderme de esto. De
este amor de hermanos sin sangre, de siameses sin
unión física. Posta. Neta. No pasa día Nick.
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