17.4.07

J de paleta


Ella le cuenta de colores rosas y violetas, de días de sol y espacios que no esperan y llegan sin que nadie aguarde por ellos.
La escucha, la lee entre líneas y conociendo esos tonos y lugares, igual la envidia. Siente ganas de ser poseedora de tales brillos, y sabiendo que los tiene (esos y otros distintos), igual los anhela.
Pasan las nubes, pasan los rayos de sol en todos los rincones posibles del día, y con ellos, la tarde.
El sol cambia y aparentemente los reflejos son los mismos.
Recuerda, relee en su mente y repasa en su vida. Hace sumas, multiplica y saca cuentas. Poco de matemático tiene el cálculo y mucho de sabor a fruta.
Después de minutos, de horas y después de seguir soñando, llega el resultado, esa respuesta que aparece como luz en momentos de sombra. Llega sin que se la esté esperando. Llega sin que nadie aguarde por ella, y sorprende. Sorprende más que cualquier anhelo. Sorprende hasta más que el imaginarse que sorprendería, y sin cálculos ni brillos de más, brilla y resulta. Resulta el mejor regalo de todos. La realidad.

1 comentario:

Leon BS dijo...

Para mi nena que se vueltea más que la misma tierra, y no entiende todavía que el mundo gira con o sin nuestra voluntad. Es así. Un bastón para que el día sea más rico. Beso nena. Te amo.