23.4.07

Ecos del colchón


Son palabras, pero como en cualquier eco, tienen dueño.
Las conozco y las reconozco, y hasta con los ojos cerrados sé de dónde vienen.
Suenan porque deciden salir, porque alguno las saca desde sus adentros al mundo exterior, y no existen tiempos para eso. Pueden ser una respuesta, o el inicio de una sensación. De una o de otra forma, llegan y vuelven a irse, como olas de expresiones que aunque se sepa que vienen, nunca es la que se esperaba.
El eco hace sueños. Los crea al dejar ir esas palabras. Es un intercambio de dueños, un juego que nace solo, y sólo si una garganta lo desea.
Son palabras que se transforman y transforman. Palabras, que como en cualquier eco, ahora tienen otro dueño.

De un domingo cualquiera. De un domingo diferente a otros.

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