Bragueta

Pensaba que no tenía ganas de escribir, pero al responder un mail de las chicas, me picó el bichito.
Les hablaba de que termina mi año con un dolor y falta que serán eternos, pero que sí pude ver también los logros de los que están alrededor y cerquita, y los míos propios.

Por primera vez deseo algo que no puedo tener, y es del orto. Por primera vez quiero tener algo que es imposible, y cuesta un carajo aceptarlo.
Siento el momento como el fin de un sueño; loco, ya no tengo 3 años, pero me toca de cerca y se siente ajeno.

Deseo estar cerca. Dejar de sentir la sensación de lejos.
Deseo mar, mucho y cerca.
Deseo cosas buenas a mis “buenos”. A todos, mucho.
Deseo sonrisas y esas cosas.
Y supongo que deseo muchas cosas más que no me doy cuenta ahora, pero que tendré unos cuantos meses para agregar a la lista.

Termina y empieza. Así es, así son los ciclos.
Se tatúa en la piel un año que se va y se lleva consigo en el próximo.



Dedico mis sonrisas, mis lágrimas, mis miradas y parte de mi voz a Ana.