Un domingo cualquiera

Cualquiera, porque cualquiera puede pasar lo que pasó hoy, y ayer, y por qué no antes de ayer.
Estoy bien. Leyendo y escuchando lo que me cuentan. Extrañando los sandwichitos de miga, para no hablar de lo que de verdad extraño; y viviendo lo que me toca, y mejor aún, lo que elijo.
Lola ayer habló de una mirada diferente de la vida. Interesante y realmente distinta, pero ojos celestes tengo yo y lo veo de otra forma.
Si. Vivimos en packs que otros diseñaron y elegimos sabores que existen. Así somos. Ser rebelde no sé bien qué quiere decir, porque al fin y al cabo, me suena a que también forma parte del mismo pack.
Hoy no es uno de esos días en los que me cuestiono este tipo de cosas. Más bien, es uno de esos días en los que siento que sí decido, que sí muevo hilos, que sí regalo sonrisas y que no haré esculturas de palitos como Marge, pero mi propia historia la escribo yo.
Verdad? Who knows…pero hoy no es lo importante.
Hoy disfruto tus besos y compartir papas fritas con ketchup.
Disfruto el mail de Al al recordar la semana pasada.
Los mails de mami sintiéndola acá gracias a sus crónicas.
Los mensajes de papi con sus clásicos fadeouts.
Paucho y su… su “eso” que la hace tan paucho.
Nick, y su presencia constante.
La tía Beba, y su imagen que se acerca gracias a sus palabras.
Las nuevas sensaciones que tanto extrañaba.
Y que es otro domingo cualquiera que soy feliz y estoy tranquila.
Estoy más grande. Crezco con el contexto, o lo vivo mientras.
Busco la tranquilidad y suspirando me encuentra escribiendo.
Los lunes vienen, no hay otra; pero con domingos cualquiera, está todo bien.