
Cómo cambian los cambios. Cambian de paisaje, de humor y vibra.
Vibran diferente en los tímpanos y en la espalda.
Suenan a otra cosa cuando son casi lo mismo.
Los encuentros te separan de otra cosa. Ok, si, te encontrás con algo al fin y al cabo, pero al hacerlo, estás olvidándote (por 1 minuto o 10) de otro algo. Y no de mala, no de fea; así, te olvidás y ya.
Y es bueno, porque siempre es bueno volver (ojo: volver al olvido y también volver a lugar de donde te acabás de ir).
Raro, confuso, vueltero, pero me cierra, me resuena y al oír el eco, me vuelvo a quedar con lo que escribo. Elijo.
Suena bien. Y no suena cursi para nada.
1 comentario:
Tengo millones de defecto.
pero si tengo una virtud es que siempre le hice caso a las remeras de esos dos personajes.
Siempre.
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