Miro, y veo.
Observo algo que fue y algo que aún conservo.
Encuentro cosas de hoy en el pasado, y siento deja vús de días que parecían cotidianos, y que sin embargo hoy me pregunto si alguna vez habrán sido míos.
Son momentos y lugares que ni siquiera tengo conmigo. Rostros que no veo. Risas que no llego a escuchar. Y miradas, sobre todo miradas.
Son huecos que hoy se llenan de tierra distinta y lo que crece es desconocido, pero tan familiar como mi hoy.
Y crece, porque yo crezco, porque sigo igual, porque estoy irreconocible, y porque soy definitivamente la misma.
De contradicciones y cambios están hechos mis días. De muchos SI y de rutinaria inestabilidad que crean un perfume que sólo encuentro en esta ciudad.
“Decir adiós es crecer”.
Y yo digo hola, al mandamás, al Sr que se encarga del todo. El que hizo los días, el que crea los momento, que decide principios y finales.
Y yo, yo te espero si vos me esperás.
De esos días, en los que mis ojos muestran brillo del que recorre mi cara.
De esos días que escribir es una necesidad,
y que palabras como las que leí, brillan aún más que mis ojos. Y qué suerte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario