27.3.07

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Pido por favor que se lea la tan inteligente y madura decisión que tomé tiempo atrás (ver NORMA JEAN).
MENTIRA. Posta, mentira.
Desde el ’99 que no asistía a ciertos centros de tortura: Las Peluquerías.
Decidí ir para mi fiesta de egresados, me pareció copado hacerme algún peinado que impidiera que todos mis pelos terminaran en las caras, camisas, cuellos y por qué no pantalones, de mis compañeros.
El tema es que sin haberlo planeado desde esas fechas mi vieja siempre me cortó el pelo. Las puntas nomás, y quienes me conocen, saben lo largo que lo…tenía.
El tema es que volví. Ese incentivo de volver a probar cosas que rechacé antes me motivó y fua! (una vez más ver NORMA JEAN) La cagué.
Salí para el culo (y culo de esos feos feos). Me veía gorda, pelicorta, comunacha, sin mis pelos al viento, con dificultades para hacer mis rodetes locos… en fin, un tremendo desastre.
Pero…peeeeeeeero, poco a poco empecé a encontrarle el lado bueno. No sé, más liviano, con forma, manejable, fuerte, sano, y bueno, debo confesar que recibí interesantes elogios…
El tema está en lo siguiente: Replanteo mi posición.
Si probaré cosas nuevas y si daré segundas oportunidades*.



*esta afirmación hace referencia a todo, si, a todo, MENOS a peluquerías y/o salones de belleza.

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