Somos una familia tan imperfecta y equilibrada como un alfajorcito de maicena.
Nos encuentran los domingos o las noches entre semanas extrañas y cotidianas.
Una búsqueda de nuevos lugares, nuevos integrantes y sabores diferentes.
La total certeza de no pertenecernos pero si necesitarnos; no esencialmente, más bien en ruidos y olores.
Somos una familia disfuncional. Ya lo dijimos y es tan cierto como la milanesa.
Es genial vernos sabiendo que en esos momentos siempre existirá un lugar tan celeste como el cielo tapatío.
5 comentarios:
a la mesa, con familia y chaaaaaabor. beso L
whatever!!!!!!!!!!!!!!
whatever!!!!!!!!!!!!!!
je ne comprend pas!!
jajaja
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