Antes de empezar a escribir (o más bien, empezando a escribir), voy a decir que jamás me imaginé que ver esta peli me iba a mover del asiento como me movió. Me siento bastante pelotuda, pero a la vez me entiendo: Noches, pajaritos, charlas, compañeros e infinitas etcéteras.
Ya ver a las 4 (en realidad 5) me puso la piel de gallina, y desde ahí cayeron lágrimas que me acompañaron toda la película. A ver, TODA la película.
Ropa, zapatos, charlas, lugares, comentarios, recuerdos, todo en su lugar y más.
No era la peli que esperaba, fue mejor. Fueron las 6 temporadas echando raíces en un guión que resumió parte de sus vidas, y bueno, parte de la mía.
No suelo engancharme con series/novelas/tele (ok lo acepto, Betty la fea y ya), tonses, algo hay, y me lo permito, y hasta me lo aplaudo.
Biblia? No sé, pero que marcó y enseñó, marcó y enseñó.
Fue el final de una era y posiblemente, el principio de otra (?).
Las charlas son otras, los comentarios, ni hablar.
Sex and the City dijo “hola” a una nueva forma y yo, llorando la saludé.
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