El colectivo tardaba en venir y cuántos más minutos pasaban, más se movía ella.
Los libros, las caras con sus infinitos gestos, los perfumes, los momentos y las fotos, todos se movían con ella que estaba tan quieta.
Volvía a vivir y seguía pensando. Pensaba diferente y volvía a elegir lo mismo; pero se movía.
Abrió los ojos y estaba quieta. Quieta y empapada de libros y ojos, y de momentos que ya eran suyos, porque los vivió y los volvió a vivir.
*al margen:
Hace mucho que no voy a b.s. a.s., pero quería una foto suya, entonces entré al FLICKR. Esta foto ganó xq además de ser la 1era que me gustó, es de Darío.
Locas coincidencias. Tenía que poner esta foto.
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