En fin, esa pregunta hizo que este año lo empiece de la mejor forma que sé:
No haciendo listas.
No pidiéndome cosas.
No escribiendo lo de siempre.
Sino que, haciendo preguntas.
El año recién empieza, pero pasa volando, así que empiezo A-HORA.
* ¿En qué mes sentiré que el año empezó a pasar rápido?
* ¿Será tan diferente a los anteriores?
* ¿Será que continuaré viajando como pinta hoy?
* ¿Me animaré a bucear-me?
* ¿Vendrás a vivir a Guadalajara?
* ¿Viajaré a Buenos Aires y Uruwhy?
* ¿Vas a responder?
* ¿Podré escribirte más, querido blog?
* ¿Me animaré?
* ¿Me dará menos miedo?
* ¿Seguiré amiga de la publicidad?
* ¿Iré al cine lo que tengo ganas de ir?
* ¿Conoceré a Robert? ¿Y a Drexler?
* ¿Cleta? ¿Volverá?
* ¿Decidiré más?
Creo que la infinitud podría ser una de mis características; en las preguntas por lo menos.
Si es cierto que la inteligencia reside en las preguntas, tonses será un año sabiondo.
Brindé. Comí. Comí. Y comí. Me reí. Abracé. Besé. Me reí. Pensé. Me acordé. Y me reí.
Puedo decir entonces, que ya empecé el 2010.
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