23.2.10

Teóricamente

No llegan a ser teorías, o sí, porque en realidad mi cabeza comprobó una y otra vez que existe, que sí es cierto, que se ve, se toca, se siente y sobre todo se huele.
Lo decidí cuando estaba despidiéndome de un hoy para irme a un mañana, y lo resolví cuando noté inquietos a mis dedos y ansiosos mis oídos.

No existen las formas, es como con los colores; son míos, yo los inventos.
Invento cuan brillante te quiero hoy.
Invento si vas a existir más negro o azulado (o a mi lado).
Invento con qué combinarte, si limón y sal, si miel, si solo, o complicadamente acompañado de mí.
Invento que en realidad existís, sabiendo en el fondo (y en la superficie) que las formas no existen más que en mi piel.

Sueño con un futuro probable que termina siéndolo ante mis ojos y el brillo de los mismos.
Asusta, o pone la piel de gallina por lo menos.
Advierte, o tal vez sólo cuenta.
Y hasta quizá solamente (me)acompaña.

El lunes sentí que la semana estaba pasando rápido.
Hoy martes, ya no.
Sol y más sol por favor.
J.