Laguna

De tiempo y espacio, porque el laburo me tapó los días y las noches, pero acá estoy, con cosas q me pasaron y q moría por volcar en el papel.

Empiezo por lo último, pero más importante.
Llega Al. Alcho. El pendejo, el pendorch, el top-top-top de la lista; el “mero-mero”, el más-más.
Llega. Hoy. En tan solo 1 hora 20 minutos.
Pendejo, en medio del campeonato y con miles de goles por meter, me corro del área para recibirte y que hagamos todo eso que nos gusta hacer cuando estamos juntos. Y que le hagamos un ole al tiempo y espacio.
Te quiero Al. Acá nos vemos.

Crónica de una noche anunciada

En realidad ya me habían dicho, pero me colgué.
Después de un excelente concierto de ruidos, música, gente, lucecitas de celulares y hasta una estrella fugaz, mi cuerpo pedía tregua.
Volviendo soñé que estaba en SODA y al despertarme me di cuenta que si fue un sueño.
Despidiéndonos llegó la invitación: “Sólo vos y Juli. After de SODA. Rock Town. Vienen?”.
Corte a: Pasajeros en trance. Momento completamente surrealista, acompañado de Telefunka, con infinitas fotos que aún permanecen en la retina.
Más bien fue la sensación de tener que viajar miles de kilómetros para ver a un par de porteños famosos. Pero así fue.
Esa sensación me fue familiar, me fue muy de mi vida acá, y de esas situaciones de total exposición a la buena suerte y casualidades.
Chingado que está bueno que pase!
Besos, miradas, palabras, gestos, y tragos; todos estuvieron presentes esa noche, noche que pasó, que fue y que siempre será.
Como no podía ser de otra forma, GRACIAS…TOTALES.

Agua con gas

La burbuja fue grande. Una en la que entramos unas 27 mil personas que parecía que nos conocíamos; porque al vibrar cada escalón del estadio, sentí esa fuerza de tanta gente sintiendo, queriendo y buscando lo mismo.
Estaba ahí pensando en lo bien que me sientan esos momentos.
El mar y los conciertos creo hoy.
Momentos de pura conexión conmigo y con el entorno.
Un click difícil de crearse en otros espacios, y tan fácil de sentirse en momentos como los de ayer.
Es la música del todos juntos, no de los 3 encima del escenario. Es la música de los latidos de las venas.
Son espacios que quiero para mi. Suena loco pero es un egoísmo multitudinario: Ese espacio tan público y tan propio. Tan de cada uno de los que estuvimos ayer ahí.
Cae el sol y mientras
yo sigo soñando.

1ero lo 1ero

Definitivamente,
primero lo primero.

Como pez en el agua

Vino. Estuvo. Pasó y vivió.
Natural y mente, todo junto.
Fue tranquilo, real y mejor que perfecto.
Fue estar y crecer en el mismo viaje, un viaje de quedarse cerca para irse lejos.
El GRACIAS TOTALES queda chico y no alcanza,
porque el tiempo pide más,
porque los momentos fueron muchos.
Entonces, sin saber mucho qué más decir, me quedo con tu mail, llena de palabras de días de sol.
Te quiero, como sólo a mi papá quiero.

En la búsqueda

En estos tiempos encuentro lagunas, se ven desde lejos, pero se sienten de cerca.
Necesidades de calma y brisas tranquilas que soplan palabras e historias que crean remolinos en mis miradas.
Es hundirse hasta el fondo de la laguna, donde yacen los árboles, moviéndose al ritmo de las corrientes internas, que se mezclan con las mías, y parecen bailar.
Yo no. Yo no bailo. Los veo, desde cerca.
Necesidades de qué? En la mezcla se pierden colores.
Forma negativa de verlo, pero tantos no suman, tantos son marrón.
Son esos espacios, y si no estuvieran, seguramente habría otros.
Pero no. Los lugares están llenos de esos escenarios; por lo menos los míos.
Quiero la superficie. Quiero el nivel del mar. Quiero onomatopeyas que no sean de historieta.
La mía la escribo yo. Y los colores que le pongo, a veces si son muchos.